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De mar Amar21-05-2021

Capítulo Tercero

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Alejandra comenzó a notar en sus despertares, la misma ansiedad, la misma angustia y la dulce fragancia de la complicidad y secretismo de los tiempos de aquellas vacaciones en las cabañas. Iba y venía por las habitaciones de la casa detrás de las tareas de la casa con el fantasma del moreno atleta que le susurraba la poesía nocturna. Tomó conciencia del riesgo que se cernía sobre toda la construcción familiar. Buscó un desesperado antídoto. Era su cumpleaños y preparó la celebración. Compró la avena, el cacao y las mejores galletitas para el turrón de quáker con que empachaba a marido y prole, viéndolos relamerse los dedos embadurnados de chocolate. Con el saldo de unas horas extras se compró un vestido que esperaba tenerlo en navidad. Pero decidió conjurar todas las armas para desterrar a Sebastián. Cuando llegó la hora de la cena, sonó el teléfono.

Era José.

-Cariño llego mañana tengo un compromiso que no quiero perder y debo cenar con el cliente y su esposa. En la mesita te dejé dinero. Comprate algo que no me olvidé que es tu cumple, Chau-

No había terminado de colgar el teléfono y dos lágrimas ya le había mojado la mejilla.

A final de la cena, Dante lidiaba con Josefina para tomar un nuevo pedazo de turrón. Dejó los niños disfrutando del postre preferido, cerró despaciosamente la puerta y se arrojó de bruces en la cama. Lloró de espanto, de vacío, de soledad. Y le pareció sentir una rosa rozándole el cuello bajo el alero de una cabaña.

 

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Como todas las mañanas, la rutina del banco la sacó de sus maleficios

Mi querido Sebastián,

Admiro cómo con tu experiencia analizas todo! Cada expresión en mis cartas… pero es sólo eso, una expresión! De ninguna manera quise ofenderte a ti o a la Historia, ni mucho menos a algún género como lo interpretaste cuando use el término “adolescente”.

Quiero que sepas que respeto muchísimo tu ideología formada a partir de tu experiencia, quiero conocer más sobre ello! Me dejaste fascinada como una expresión como “equilibrio y orden” para mí son “lo ideal” y para ti es sinónimo del terror y los arrebatos de las instituciones burguesas y los militares... y a la vez me gustaría que entendieras mi ideología formada, no agredo a nadie, solo hablo desde mi ignorancia y desde mi generación que es muy distinta a la tuya..

No te pude escribir antes en realidad porque en vez de hablar con José como te había prometido, sentí por un impulso de racionalidad que debía desterrarte y recuperar a mi esposo y la felicidad en el hogar… 

No sé si para bien o para mal pero el resultado fue totalmente contrario, una confirmación más del vacío que encuentro en mi matrimonio y la soledad angustiante de siempre y sabes qué?? Tu  siempre estás ahí!! tu recuerdo… en esos momentos más oscuros aparecen los sentimientos que despiertas en mí y siento que es lo único que me hace poder sobrellevar el día a día aquí mi querido Sebastián..

No sé si será un mecanismo de defensa de mi inconsciente o si realmente es Amor!! Pero es demasiado hermoso y no quiero perderlo!! No quiero desterrarte!! Siento que pierdo la vida si eso hago!!

Por un momento te imagine aquí con un hermoso ramo de flores para mí y luego vos chupándote los dedos con el turrón de quaker que hice en mi cumpleaños!! riéndonos de todo, relajados.. Sin prejuicios... con total naturalidad y con niños a las vueltas jugando en la casa…. ¡¡Cómo anhelo que todo fuera diferente!!!

Con amor tu ignorante Alejandra.

From ,

Sebastian Angelini

To

Alejandra Eberhard

Mi amada Alejandra, mi dulce Ale

Creo que es mi turno de disculparme, pero me debato en la lucha permanente de huir de mis fantasmas, de un pasado lejano pero omnipresente. No voy a demorar mucho en analizar tu carta y lo que expones. Tampoco buscaré armarte un discurso. Porque no eres ninguna ignorante. Puede que desconozcas cosas pero eso es mas culpa nuestra que de ustedes. Mirá el mundo que les hemos dejado. No se trata de otra cosa mas que de nuestro antiguo amar. Y es todo lo que debe importar. Se muy bien que no es fácil terminar de un día para otro que tu situación familiar, y arrastrar niños y entorno como mochilas. Pero a su vez se que no puedo vivir sin pensar en el día que estemos juntos. >Por ello no importa como ni cuando. Me adaptaré a las condiciones que creas mas conveniente para vernos, para sentirnos. Tendremos ese amor clandestino de aquellas noches en las cabañas de la playa. Todo el tiempo que fuera necesario. El solo hecho de volver a pensar en aquellas noches interminables, en tu piel, despidiéndonos con la ansiedad de esperar por cuando sería la próxima cita. Momentos breves pero incomparables. Sin plazos para que definas tus decisiones, pero con la certeza absoluta que cada encuentro en lo secreto será una promesa más de amarnos hasta el infinito. No importa cuanto deba esperar. Sin ataduras.

Pronto iré a Argentina. Dejame arreglarlo. Piensa mientras tanto como podrías concertar el primer encuentro con toda la discreción necesaria, pero con la ansiedad y el deseo de fundirnos en una sola esencia. Con toda la complicidad. Con todo lo electrizante de lo secreto. Con todo el amor de ayer y el nuevo que nace hoy.

Beso enorme

Seba.

Alejandra como era costumbre esperó a la niñera, dejó un listado para el supermercado, frente al espejo del corredor acomodó las hombreras y golpeó con la punta de los dedos la cabellera suelta apenas tomada por una hebilla. Luego volvió a subir el labio inferior mordiéndose para emparejar el rouge. Se colgó la cartera no sin antes rogar a Dios que la iluminara para poner orden al barullo que le aturdía la cabeza. Debía escribir. Y debía hacerlo hoy mismo.

Querido Sebastián.

No te imaginas el alivio que me dio leer tu ultimo mail, he estado comiéndome las uñas de nervios pensando y pensando en qué pasaría si te apareces a buscarme aquí sin previo aviso y a la vista de todos y en cómo afrontar la situación.. y no veía más que el caos mismo..

Como bien sabes, José viaja entre semana y casi nunca vuelve a casa, más tardar llega los jueves o los viernes pero debe asistir a reunión de aquí o cena de allá, entonces cuando tú andes por aquí, podría invitarte a vernos durante su ausencia pero luego de que los niños se duerman..

No serán largos ratos pero te aseguro que los disfrutarás tanto como tengo decidido disfrutarlos yo! Esa magia que vivimos cuando estamos juntos es sobrenatural y supera cualquier realización o satisfacción que pueda encontrar en otra cosa!!  Así que estoy dispuesta a correr el riesgo..

Lo que sí te pido que seamos cautos… Mi cuerpo dice quiero pero mi alma tiene miedo!!

Escuche que están organizando otra ronda de eventos promocionales en el banco, como la cena donde nos conocimos… veo ahí otra oportunidad para un encuentro “casual” a la vista de los demás pero premeditado y “real” para nosotros!!

No dejes de escribirme!!

Te espero.

Tu amada Alejandra.

Los mail siguientes cubrieron detalles y recuerdos. Hasta que uno marcó el quiebre definitivo.

EL PRIMER ENCUENTRO

Alejandra, aunque ardiendo de deseos de volver a sentir sus brazos vellosos rodeándoles la espalda, temía al pasado regresando al galope de los mail de su “Seba” como una tormenta inexorable. En el banco comenzaron a notarla distraída, tensa. Sus subordinados, que confiaban en su liderazgo y su contención temieron no haberle correspondido en su eficiencia laboral, ajenos a la tormenta interior que desgarraba entre el entusiasmo y el temor, a su Jefa.

En el barrio de las cabañas junto a la cintura alargada de la playa desde donde se ve el muelle de los pescadores, Sebastián respiraba el aire salino. Cerró el ventanal y se rindió a un rasgado monólogo interior que venía zumbándole los pensamientos desde que subió al avión y hasta llegar al pueblo.

Mar de ajo, voz indígena que significa mar de barro, se llenaba de la bruma clásica de los atardeceres de verano. Sebastián encontró algunas similitudes con las lagunas de la mata de su Torrevieja, y las cintas sucesivas de espumas derramándose en la playa. Pero el cristalino azul de su mediterráneo contrastaba con el rápido color de las aguas de Mar de Ajo oscilantes del verde al dorado. La mar inestable y tormentosa. Como Ella, con su cuerpecito latiendo, respirándole en el cuello murmuraciones y grititos. Entonces se detuvo por un momento el diafragma subiendo a espasmos y soltó un suspiro ahogado. –Dios, Alejandra, estoy aquí  . . .aquí pichona- Se incorporó de golpe hacia la computadora en el fondo de la habitación desde donde podía verse el mar de ajó. Y meditó en todo lo que significaba el oleaje golpeando la arena blanda, el mismo mar que trajo los invasores, los conquistadores, los profetas del colonialismo, el mismo mar adonde sus padres lo trajeron para corretear con sus hermanos, el mismo hacia donde los vuelos de la muerte arrojaron vivos a tantos militantes compañeros desde lo alto, pero por sobre todas las memorias desgarradas, el mismo mar donde Alejandra lo llevo con el agua hasta la cintura y le dijo abrazada a sus hombros –jurame por este mar que vas quererme hasta que duela-.

Hundió la vista en la pantalla y escribió a borbotones

Querida Alejandra

Como estás pichona. Pensar que ahora solo nos separan unas cuadras. No puedo controlar los latidos del corazón pichona mía. Decime por el amor del Padre cuando nos vemos, hagámoslo como entonces, cuelgas un geranio en el borde la ventana y eso significará que no hay moros en la costa. Entonces saltaré el tapial del fondo. Vives allí donde siempre verdad? En el chalecito de Villa Clelia? Si? A que esperar cielo, dime la hora, la noche apropiada. O venite para las cabañas, pero te lo ruego no demores este encuentro. He cruzado el mar para verte, tenerte, beberte a bocanadas

Tuyo por siempre

Tu Seba.

Bajó de la planta superior de la posada, se calzó un saco de pana negra azabache, en el espejo del vestíbulo observó y se arregló la camisa de un verde oliva reproducidos en los ojos rasgados que se encendían como faros sobre la piel bronceada. Pidió un Martini y se apoyó en la barra. >Seguro de que al subir a la habitación habría un mensaje en la bandeja de entrada. 

Tomó la copa y le pidió al mozo que le alcanzara el diario del día que vio de lejos doblado detrás de la barra. Pensó llevarlo a la habitación para leerlo y bajó de un saltito atlético de la banqueta. Un título ominoso lo congeló en el primer peldaño de la escalera

Abren nuevos juicios por crímenes de lesa humanidad. Familiares de la víctimas de la represión  durante la dictadura y miembros de organizaciones de derechos humanos pedirán pruebas forenses sobre sepulturas clandestinas.

El torbellino de los recuerdos, los últimos angustiosos años de su madre y su hermano desaparecido; lo despertaron de la alucinación dulzona de las cabañas  y las noches con Alejandra.

Se tendió en la cama para leer con avidez de corrector cada línea del informe. El velo que se descubría con los juicios revelaba el infierno cada vez con mayor precisión. Sintió, culpa, miedo, soledad, rabia. El timbre ahogado de la bandeja de entrada le anunció el mensaje. Allí nuevamente la luz cantarina de su Ale y su asepsia ideológica lo arrancaba de la noche

Mi amor! Mi ilusión! Mi confidente! Recién salgo de mi turno en el banco, debo contarte que me han llamado la atención varias veces en el trabajo por estar algo distraída y es que yo no puedo creer que estés aquí!! A unas calles de distancia por Dios!! Siento que me voy a desmayar de los nervios que tengo…

¿De verdad has venido a verme a mí? O ¿sólo quieres aprovechar la ocasión y realmente has venido por trabajo?

Aunque mi cabeza quiere buscarle la lógica hoy mi corazón desborda de alegría y me dice ¡si, ve a su encuentro! . Los niños están en casa ahora pero en dos horas tienen el cumple de un amiguito del barrio, si te parece cuelgo el geranio en la ventana cuando me encuentre sola y te espero por atrás saltando el tapial.. quiero agasajarte en casa, cebarte unos mates, conversar, reírnos, mirarnos y que el fuego que estamos reprimiendo incendie mi cocina!! Así cada vez que esté preparando el  almuerzo o la cena tenga el vivo recuerdo de nosotros, amándonos sin premeditaciones… de verdad te digo que sos lo único que me hace poder sobrellevar mis días de rutina hogareña!!

Mañana que no trabajo puedo llevar a los niños a la casa de mis padres, decirles que tengo q hacer un breve viaje por trabajo y que necesito que los cuiden una noche, entonces podríamos pasar un día entero en las cabañas y vernos a los ojos al despertar del día siguiente!! Dime si no has soñado con eso en este tiempo???  Quiero aprovecharte mientras este aquí mi querido Sebastián!!

Aun me cuesta creerlo!! Estás aquí!!!

Te amo con locura.

Tu pichona.

Tomó el diario lo dobló exponiendo la página del artículo y luego del lapso prudencial indicado, apenas atino a aguardarlo en el maletín. Bajó las escaleras mirando a los lados como si huyera luego de perpetrar un atentado. En la calle compró un ramillete de flores y desechando hacer una recorrida previa en el auto de alquiler, desanduvo las cuadras hacia Villa Clelia. Fue reconociendo los edificios, las calles, poco había cambiado hasta ver el patio de alambres, el jardincito y el tapial que daba a los terrenos deshabitados. El geranio resplandecía bajo el alero. Rodeó la finca, mirando a los lados de reojo, tomo impulsó como en sus carreras en la arena mojada de Torrevieja y saltó para caer entre dos cuerdas de ropa tendida.

 

Ella corrió la cortina y abrió la puerta del patio. Se quedaron a unos pasos de distancia, apenas sonriendo, con las pulsaciones desbordándose. Alejandra retrocedió para que el avanzara al interior, y repitiera el movimiento que tantas veces había repetido, cerrando con la mano sin dejar de mirar al frente. Una leve penumbra cubrió el zaguán. Ella solo alcanzó a decir-Dios!-, cuando una fuerza volcánica le despegó los pies del piso, la espalda se arqueó sobre el torso de una camisa oliva, el aliento a bocanadas de vino aromado y viento salino le erizó la piel mientras las serpientes de dos manos la despojaba de prendas y sentido de gravedad. Ya no supo donde estuvo ni hubiera podido distinguir en que espacio y de dónde provenía la lava arrolladora que comenzaba calcinarla, cuando su mano alcanzó el repasador de la mesa, justo a tiempo para obturar la garganta y ahogar los chillidos que el inenarrable placer le arrancaba como espasmos.

Habían terminado de hacer el amor, retozando como cachorros, se relajaron, recuperaron la respiración, se tendieron en la cama y se tomaron de una mano. Y naturalmente, sin que medie introducción alguna él dijo: -cuando era pibe, mi madre me mandaba a buscar el pan, cruzando la vía, y cuando volvía me ponía la mano en la pera y las orejas, como vos. –

Mantenía la vista fija en el techo de la habitación.

Ella sonrió deslizándose en la intimidad que se extendió a otras sensaciones, a esos diálogos inocentes. Le exploró los dedos de las manos, reptó hasta el cuello para morderle el lóbulo de la oreja y preguntó con voz apagada:

 - mañana volvés?

- querés que vuelva?

- sabés que si –

-estaré esperando la noche

 - besame otra vez –

-Si, vení. . quedó turrón?-

- No, pero quedé yo –

Se ahogaron las risitas, apenas murmuradas cuando volvieron a enredarse. Suena el teléfono. Alejandra va a atenderlo. Sebastián se estira, desperezándose hasta sentir crujir las articulaciones y se relaja luego para esperarla. Alejandra regresa con una sonrisa expandida.

-Que pasa, pichona? Que tramas?

-Podes quedarte toda la noche. Llamó Catalina, mi amiga, el nene cumple años y sus chicos invitaron a los míos a quedarse. Los trae mañana temprano- Soltó su clásica risita. -La casa para los dos solos!-

El rumor de la lluvia lánguida los sumergió en la somnolencia donde mueren las horas, las preocupaciones, la agenda rutinaria. Se bebieron, se recorrieron centímetro a centímetro. Se fundieron en una sola manifestación corpórea. Le contó sus andanzas en la plácida Torrevieja, sus procesiones de semana santa, sus salinas misteriosas cargadas de historias de filibusteros y piratas, sus años de redacción en la revista donde su amigo. Ella le habló de la tormenta interior que tanto se asemejaba a las marejadas de Mar de Ajó. Navegaron de mar a mar hasta perder la conciencia del paso de las horas.

-Va a amanecer. . .-

-Gracias a Dios-

- . . . que estamos juntos

-que llueve suave

-esta noche, en la cabaña 17, estaré afuera . .

-no hay mas turrón

-pero estarás vos

-ja ja, tramposo eh? Abrigate, amor, hay viento de pleamar

- me llevo tu calor,

Otra risita, se envuelven en el zaguán

-Chau te veo. Te espero con una poesía

-no veo la hora de leerla

La brisa marina arrastró una bruma densa, devorando a la sombra que saltó el tapial con la agilidad de antaño.

 

A la media tarde un mail volvió a ingresar en su bandeja de entrada.

From ,

Sebastian Angelini

To

Alejandra Eberhard

 

Hola Ale. Me olvidaba decirte que deberemos continuar con los correos electrónicos. Nada de mensajes en celular ni llamadas. Nada Facebook tampoco. Tenemos entrenamiento para esto. En el correo electrónico está la seguridad que aún revisando tu teléfono sin  la clave no pueden ingresar. Quiero protegerte pichona. Esta noche, 21 hs en la cabaña 17 si?. Habrá una rosa y un poema. Te amo cosita hermosa

Seba

From

Alejandra Eberhard

To

Sebastián Angelini

Allí estaré. Besos!!!!

Todo parecía regresar de la mano de un pasado rosa, inocente. Pero en las cabañas no era la pasión de los amantes el único fuego que se encendería.


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