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De mar Amar14-05-2021

Capítulo Segundo

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Difícilmente los protagonistas de esta historia habrían siquiera imaginado el desarrollo de los hechos que los arrastraron a cruzar el océano.

Sebastián había regresado de Madrid, donde había sido enviado a hacer una entrega, a su ciudad del exilio, Torrevieja, la encantadora villa de Alicante bañada por el mediterráneo, donde luego de unos meses en Francia se había radicado para trabajar en la empresa de su amigo argentino

Había nacido el 24 de abril de 1977. Sus padres eran Cecilia Angelini y Atilio Fernández

Luis Angelini (hermanastro de Sebastián) militante de la UES (Unión de Estudiantes Secundarios) desaparece a los 16 años en 1976, cuando su madre separada, que había hecho pareja nuevamente para rehacer su vida, estaba embarazada de Sebastián. Su esposo Atilio Fernández, un hombre acabado y derrotado no se había adaptado a la vida en la gran Buenos Aires. Alcohólico y mujeriego se robaba las pocas monedas que juntaba Cecilia para ir a la cancha y perderlo en apuestas de las timbas clandestinas. Un buen día no se sabe más de él. Cuando concluye Luis su escuela primaria, Cecilia habla con los curas de la Congregación del Verbo Divino de Rafael Calzada una localidad del conurbano donde estaba la Iglesia y el edificio del colegio.

Luis se educa bajo los nuevos vientos de la Iglesia renovada del Concilio Vaticano II, la Popularum Progressio de Paulo VI. Lo lleva a participar de grupos de jóvenes que ayudan a los pobres con los curas tercermundistas. Cuando viene la dictadura en 1976, es secuestrado y pasa a ser un desaparecido más entre los miles de ese año. Cecilia sufre la desesperación de buscar por cielo y tierra a su hijo pese al terror de los militares.

Su pareja un hombre de pocas convicciones, jugador de fútbol y mediocre, la abandona.

Al año siguiente nace el 24 de abril de 1977 nace Sebastián. Criar ese nuevo vástago le da fuerzas para vivir mientras busca desesperadamente al otro hijo desaparecido. Sea por el secuestro de Luis o por su vínculo con los primeros grupos de resistencia, Cecilia es secuestrada una tarde en su casa por un grupo de tareas del ejército. Sebastián de pocos meses, es rescatado milagrosamente en medio del operativo por una vecinita que ayudaba a Cecilia a cuidarlo mientras Ella trabajaba o se afanaba en la búsqueda de su otro hijo desaparecido.

Se restituye el bebé a sus abuelos que se encargarán de criarlo.

Así Sebastián termina el primario en los 90 cuando el presidente Menem lanza los indultos a los militares. Durante esa década estudia abogacía, se recibe y colabora en medios de prensa y es abogado asesor de grupos de lucha por los derechos humanos. Durante la crisis del 2001 encuentra a un amigo del secundario, Gustavo Iglesias, exitoso empresario que lo convence de ir con él a España para que trabaje en su empresa de Torrevieja como periodista ya que valora su trabajo periodístico y sus escritos: Vale hombre, que nadie es profeta en su tierra- le dice.

Hace una brillante carrera y reúne buen dinero en Europa. Se casa en 2002 con otra argentina, que le presenta su amigo en Torrevieja. Era una beba cuando un procedimiento de los militares que entran a secuestrar a sus padres en 1976, la dejan de unos vecinos quienes encuentran en la batita de la beba un teléfono y una dirección. Sus abuelos son contactados por este medio y deciden emigrar a España con la beba para huir del terror que los paraliza. A diferencia de los abuelos de Sebastián estos abandonan el país. La similitud de sus historias y el desarraigo afianza un matrimonio precipitado por el embarazo de la argentina Clara Zehnder y tienen dos hijos Juan Manuel y Ernestina. Pero Sebastián no ha olvidado ni a su hermano del que solo conserva fotografías, ni a su país y la lucha por los derechos humanos. Por fin encuentra en 2014 una oportunidad para volver. Propone hacer una comparación cultural y de empresariado turístico de las ciudades balnearias de Argentina, su país de origen, con las del mediterráneo, especialmente la de su Torrevieja adoptiva. A su amigo y Director le interesa el proyecto y lo envía junto con su esposa y los niños, a Mar de Ajó, para luego recorrer las otras. Como periodista europeo es invitado a la cena que realiza una importante automotriz, a la cual asiste solo, porque su esposa Clara detesta las sociales, como nunca además le gustó ni el periodismo ni la política. Allí, Sebastián camina plácido por la fiesta cuando el incendio rojo de una muchacha lo deslumbra y todo se precipita como un huracán. Pero su esposa lo descubre y mata dos pájaros de un tiro. Lo expulsa de la familia y de su vida y sin decirle más que dos o tres cosas en las que destaca una frase brutal: Parece que la lucha de los derechos humanos no contempla la lucha por mantener libre de adornos la cabeza de las buenas esposas. Y sobre la nota le deja la alianza matrimonial. No te molestes en buscarnos-

Y parte a Córdoba adonde siempre quiso volver y adonde hallará trabajo cuidando niños especiales. Los hijos comparten en principio la indignación de la madre. Pero luego con los años, Ernestina reflexionará que debe hablar con su padre y escuchar su versión.

Ahora mirando el ventanal que refleja a lo lejos el incomparable azul del mediterráneo, luego de tantos años de su segundo exilio, la luz lechosa de la computadora le delata que después de varios días, Alejandra le ha enviado una respuesta

Lee con avidez y tres veces lee en voz alta la puerta que ha quedado abierta “ Si vuelves por aquí, me gustaría seguir conociéndote”.

Como si dependiera de la velocidad en contestar, alcanzar la felicidad eliminando la inmensidad del océano, escribe

Querida Alejandra

Mi dulce amor de Mar de Ajó

No escribiré mucho. Solo decirte que te amo con locura y que iré a Argentina a buscarte, así sea lo último que haga en la vida!.
Luego, a la mañana siguiente envía, ya más calmado, el texto que se nutría de una mínima elaboración racional.

Querida Alejandra

En el mail de ayer te contesté con el impulso del mismo corazón que te amaba sobre la arena nocturna y aún caliente de Mar de Ajó. Te acordás de las caminatas en la playa, de noche corriendo de la mano, y metiéndonos al agua como Dios nos trajo al mundo? Ese corazón es el que me responde, hacé las valijas Sebastián, andá a buscarla, volvé a llevarla a correr por la arena, a atarles las muñecas con las mangas de la camisa, a derramarle vino en los labios antes de besarla con esas bocanadas que te quitaban la respiración, a decirle en el oído que cuando el sol asome por la ventana, no sería el mismo sol si estás conmigo, amaneciendo, poniéndote mi camisa para ir a la cocina a preparar el desayuno . . .

A quien quieres engañar? Ale Ale amor! Por Dios. Vas a decirme que el amor que nos tuvimos, que no podemos volver a brindar, tiene algo que ver con la edad? Donde está la muchacha del vestido rojo que me decía que todo es posible esta noche si decidimos conquistar el mundo, que no habríamos de pensar en nadie ni en nada más que en nosotros al dormirnos, para lo mismo pensar en el amanecer siguiente?

Que dirán los demás? Eso importa? Eso es importante? La indiferencia por tu felicidad de la gente que te rodea es directamente proporcional al amor que tengo para darte.

Los hijos y el marido? Desde cuando tanta pasión por las instituciones burguesas? Los hijos no se enamoran? No tienen corazón? No te han visto llorar por los rincones? No han visto agriarse tu carácter por un matrimonio convencional que se aproxima mas a un contrato de leasing para la venta de autos que a una historia de convivencias?

Me dices que es la vida que elegiste de ser madre y esposa, y me dices que debería saberlo porque estuve casado????? Madre del Señor! yo tiré por la borda mi matrimonio por amor a vos.!! Y lo has olvidado?

Te has dado un baño de frivolidad europea para acordar una esclavitud latinoamericana?

Y que hay de nuestras promesas hechas al oído en la habitación a oscuras?

Pero has dicho que quieres seguir conociéndome, hace falta conocer mas de lo vivido en Mar de Ajó? que me amas pero no puedes unirte a mi, que no olvidas que te hice sentir mujer pero prefieres quedarte con quien te hizo (y te hace) sentir la criada?

Que esa es tu realidad de hoy y que tal vez mañana todo podría tomar otro curso

Me haces acordar a mis enemigos los militares ¡ No tenemos plazos, tenemos objetivos!

Vale chavala hagamos una cosa! Te daré la fecha, me esperas en Ezeiza y me dices no puedes, así ahorramos tiempo y me tomo el próximo avión de regreso? Eso quieres?
Pues no te daré el gusto jovencita!

Ire sin fechas ni avisos, y golpearé a tu puerta, o te esperaré en el camino cuando vuelves del banco, o te caeré a la noche cuando tu marido te abandona con los críos, la menos pensada.

Cuánto me duele escribirte esto! Así de simple son las cosas?

Pues bien Alejandra Ebderhard te lo digo muy en serio, no cruzaré el mar cuando pueda, ni bien pueda, ni hare la de Cortés porque no voy a quemar la naves para impedir todo regreso a España.

Entiendo que no puedas dar una respuesta por mail y definitiva. Pero tampoco puedes ser tan enigmática. Cómo habría de viajar allende los mares sin una mínima respuesta sobre las posibilidades o probabilidades?.

Y que te llevo mas de 10 años¨? Pues bien razón demás para que comprendas que tal vez a vos te sobre tiempo. A mi no. Ya no.

Perdón si fui muy duro pero como todo enamorado de verdad no se disimular. Te amo profundamente, han pasado los años y no pude olvidarte, extiendo la mano en la cama inmensa y siento el frío de tu ausencia, miro tus fotos tras una bandera argentina y se me humedecen los ojos!

No! No esperaré a que sea demasiado tarde, y antes de decirte como y donde y de qué vivir, te tomaré de la cintura como en los viejos tiempos y tal vez no haga falta decirte cuan inmenso es el amor que te tengo. Solo esperar por tu respuesta mirándonos a los ojos. Pero si no puedes ofrecerme una luz de esperanzas no valdrá la pena cruzar el mar. No te parece?

Te amo con locura, con ternura, con pasión. No lo arruinemos

Tu “Seba”

Torrevieja

Alicante

Sebastián, que conocía muy bien el temperamento de su amor de Mar de Ajó, caminó por la cornisa de la provocación. Cuando ya había enviado el mail, consideró que era tarde para rectificación alguna. Pero lejos de cortar con toda posibilidad de continuidad en aquella especie de contienda epistolar, la temperamental Alejandra recoge el guante. Y con el mismo estilo felino de tigresa en acecho, conque le plantaba cara y pelea en el lecho, ensayó una contraofensiva digna de las mejores noches de las cabañas.

Querido Sebastián,

Estas siendo un adolescente enamorado idealizando todo ¡hombre! Baja un poco a la tierra!

No se trata sólo del “qué dirán”, ni de las instituciones burguesas, ni de la esclavitud latinoamericana y mucho menos de enemigos militares… Se trata del Amor y la vida! Si crees en Dios sabrás que “Dios es Amor” y nos dejó unos diez mandamientos para no faltar a ese amor y lo que hicimos, lo que deseamos, rompe varios de ellos.. Además vivimos en sociedad, la libertad de uno termina cuando empieza la del otro, si todo el mundo haría lo que le da la gana o lo que siente en un impulso de enamoramiento o en una crisis matrimonial o laboral o de lo que sea imagínate el caos que sería el mundo!! Es necesario el equilibrio, el orden..

Quizás históricamente y culturalmente fue errada la forma de buscar ese orden, pero ojo no nos vayamos al otro extremo!

Tu amor y esos días contigo me mostraron que no merezco la indiferencia de mi esposo, que alguien más puede ser el hombre que estoy necesitando como compañero, pero hagamos las cosas bien! Déjame intentar hablar con José y plantearle lo que me pasa y así poder tomar alguna decisión, no me perdonaría ver sufrir a mis pequeños y te confieso que temo un poco a la reacción de José..

Cuando dijiste ¿qué paso con aquella muchacha de vestido rojo que decía que todo es posible? Me hiciste sentir cenicienta... y no pretendo que me vengas a buscar como el príncipe en cuentos de hadas sino que hagamos las cosas bien... quieres venir ven! pero no te olvides que no sabrás con lo que te encontrarás..

Te quiero tanto mi Sebastián, no quiero hacerte sufrir y a la vez me es imposible olvidarte o dejarte ir.. me he convertido en una drogadicta a tu amor, a tu querer.. seguiré escribiéndote para contarte como van mis días por aquí y espero lo mismo de vos.
Beso y abrazo al corazón!

To:

Alejandra Eberhard

From:

Sebastián Angelini

Querida Ale

Toda respuesta debe leerse siempre en dos campos de análisis. El contenido y la forma

Empecemos por el contenido de tu respuesta. Debo reconocer que es categórica e irrefutable. La sensatez y la conclusión lógica de dar pasos prudentes y escalonados hacia un encuentro, digamos que es tan clara que no admite mucha discusión.

Por lo que tu conclusión y promesa de amor futuro no dejan de darme un aliciente de vida renovador, maravillosamente expuesto. Y con mucho amor prepararé el regreso ni bien pueda.

Todo esto respecto del contenido es valorable.

Lamentablemente no puedo decir lo mismo de la forma, es decir la estructura del lenguaje que lo contiene. Me sentí un poco lastimado pero se que no fue tu intención. Se que hiciste muy bien en bajarme como un cable a tierra. Y te lo agradezco. Pero veamos un poco el hilo de la trama.

Cuando hablas de un “adolescente enamorado idealizando . . .” deberías recordar que, son los que más se enamoran y menos daño causan a las personas.

Desde ese punto de vista se agrede a la condición humana del adolescente como si se tratara de una desviación, una desacertada etapa de la vida. Podría darte muchos ejemplos pero baste el que te he acercado del amor y sus entuertos. Las instituciones burguesas y los militares: Qué sabes tu de ellas chavala como para negar si son pertinentes o no en nuestra charla, en nuestra vida, para reglar nuestra vida e influir en el amor de hoy. El “equilibrio y el orden. . .” era propio de su discurso. Tiempo y esfuerzo, esenciales para cualquier logro” propagaban en los medios de comunicación mientras en los campos de concentración se violaba a las mujeres, se les robaban los bebés que nacían y se arrojaban vivos los prisioneros desde los aviones al mar. Eran esos hombres –si se les puede llamar hombres a esas bestias- los que hablaban del Orden, de Dios,

Y como autores de estos crímenes, de esta barbarie no había adolescentes. Muy por el contrario hubo adolescentes víctimas del terror. Como lo refleja la película de la noche de los lápices.

El otro día escuchaba en una reunión de periodistas como un compañero relataba la historia de su pareja, que se llamaba Isabel, era una muchacha de poco mas de 20 años cuando se la llevaron con su hijito en sus entrañas. Vaya uno a saber que fue de ellos en manos de esas bestias. Desaparecida, una más entre 30.000. Encontrará ese compañero ya canoso y cansado a su hijo alguna vez?. Su exsuegra integra las Abuelas de Plaza de Mayo y no tiene muchas esperanzas. Donde estaba Dios cuando todo aquello ocurría?.

Pero según vos Dios es amor y según tu pensamiento hemos transgredido sus diez mandamientos por prodigarnos un amor verdadero. La barbarie de dónde venimos y como sobrevivimos los de nuestra generación hace que nos replanteemos muchas cosas. Dios parece tener serios problemas para distinguir a los pecadores.

Claro que no tienes la culpa del peso que arrastramos. Tal vez enamorarnos como adolescentes sea el modo que hemos encontrado para sobrevivir y no enloquecer.

Y sí, creo que yo también soy un adicto a tu amor.

No sé conque me voy a encontrar? Bien correré el riesgo.

La cenicienta que rescaté? Para nosotros y sin entrar en interpretaciones marxistas, la cenicienta era la clase trabajadora que tuvo una noche de pequeña burguesa. Nunca vimos ese cuento como una historia de amor.

Preparé con tiempo el viaje para dejar Torrevieja y partir a Mar de Ajó. Mientras tanto te escribiré todos los días, para que conozcas mi adorada Torrevieja de Alicante hasta el día que parta en tu busca.

Te quiere con locura y te extraña Sebastián

Tu antiguo amante adolescente.

Sebastián abrió varias veces el correo y no vio en su pantalla nada que no fueran las habituales comunicaciones rutinarias de clientes y resúmenes de noticias

Tomó una y otra vez una taza de café esperando escuchar el particular sonido de su laptop cuando entraba un mensaje. Alejandra no había enviado el mail que esperaba.

Se paseó por la habitación amplia que era tanto dormitorio como escritorio de trabajo. Las luces de las avenidas conduciendo a las lagunas de La mata y Torrevieja se colaban por el ventanal del departamento alquilado. De pronto el timbre apagado sacudió el silencio nocturno. Entró un mensaje y con la respiración anhelante leyó:

From ,

Alejandra Eberhard

To

Sebastian Angelini

Hola Seba. Disculpame pero entre los chicos, la casa y el trabajo no he tenido tiempo de sentarme relajada a escribirte. Y quiero tomarme el tiempo de escribir a conciencia para no cometer errores del pasado de tomar decisiones apresuradas. No somos chicos. Te escribo el finde

Ale

Por un momento dudó si debía alegrarse. Luego meditó en lo que faltaba para el finde. ¿Y qué era tan importante que le llevaría una semana responder?. Pensó lo peor. No escribiría un adiós con una breve despedida y quería tomarse el tiempo para no herirlo demasiado. Si todo estaría bien hubiera sido más demostrativa. Como siempre había sido.

Cuatro de la mañana. En Mar de ajó apenas es medianoche. Ale Ale ¿qué te ofendió?. En solo dos entregas prometías amor eterno. ¿Tu marido vio los mail? ¿Qué mierda pasó?

No se atrevió a contestar rápidamente. Iba de la ira a la desazón melancólica. Con cada paso por la madera del piso sacando sonidos de taconeos. Y juntando cada gota de angustia se juró no clavar un solo mensaje hasta el finde, cuando ella volviera a escribir.


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